Un spot alerta a los padres sobre la necesidad de pasar tiempo con sus hijos

Si hay algo que defina la sociedad en la que vivimos es que está marcada por el ritmo frenético que llevamos a cabo día a día. Y es que no sólo contamos con una agenda laboral apretadísima sino que luego tenemos que hacerle frente a otra serie importante de compromisos profesionales o personales.

Así, nos pasamos el día corriendo de aquí para allá dispuestos a cumplir con todas nuestras obligaciones y haciendo que, en muchas ocasiones, nos olvidemos que tenemos una familia que también merece que le dediquemos tiempo.

Precisamente en esa línea va el spot publicitario, de una marca de chocolate, que acaba de publicarse y que se presenta como un aviso para los padres, a los que les da a conocer la necesidad de que pasen más ratos junto a sus hijos.

El anuncio

Una niña llamada Scartlett es la protagonista del anuncio. Se trata de una pequeña que no puede pasar todo el tiempo que le gustaría con su padre porque este se pasa todo el día trabajando. Es más, incluso cuando está en casa tampoco puede disfrutar de su compañía porque está realizando videollamadas relacionadas con su empleo.

Cansada de estar sola, la menor toma una decisión: hará lo que esté en su mano para que su progenitor pueda compartir juegos, risas y charlas con ella. Por eso, ni corta ni perezosa, toma la decisión de romper su hucha y de acudir a una tienda de serigrafía para que le hagan un trabajo: realizar una figura de cartón de tamaño real con la imagen de su padre.

De esta manera, Scarlett no sólo consigue que su papá, aunque no sea el de carne y hueso, pueda estar siempre a su lado sino también que el verdadero pueda liberarse de cierta carga de trabajo. Y es que cuando la niña llega a casa no duda en ofrecerle al adulto la citada figura para que así la pueda colocar en su lugar delante de la web cam y en el trabajo no le echen de menos.

Así, juntos, padre e hija, pueden compartir por fin un rato divertido sin pensar en el trabajo y sin cargas de ningún tipo.

Consecuencias de no pasar tiempo con los hijos

Como se puede ver, el anuncio que nos ocupa viene a ser un toque de atención a todos esos padres que no dedican el tiempo suficiente a estar con sus hijos. Es cierto que hay que trabajar y que hay que cumplir con los compromisos profesionales, pero también es imprescindible cuidar a la familia, preocuparse de la misma y darle lo que necesita, que es, sobre todo, cariño y amor.

Además el pasar tiempo con los vástagos, es una manera de que los adultos puedan conocer cómo son, qué les sucede, cómo se sienten, si tienen problemas…Si esto no se hace, habrá que hacerle frente a una serie de consecuencias negativas que son fruto precisamente de no prestarles la atención requerida:

• Los niños tienen un bajo rendimiento escolar, bien porque consideran que esa es la única manera de poder llamar la atención de sus papás o sencillamente porque necesitan ayuda ante los problemas o dificultades de aprendizaje que tienen y que esos adultos no han detectado.

• Los menores se vuelven caprichosos y rebeldes. Esto es debido, por un lado, a que es la manera de mostrar su rechazo a la falta de atención de los progenitores y también, por otro lado, porque descubren que pueden conseguir todo lo que desean simplemente pataleando. ¿Por qué esto último? Porque los padres pasan poco tiempo en casa y al lado de sus vástagos y creen que comprándoles lo que piden pueden suplir la carencia afectiva que les dan.

• El hecho de que los adultos no pasen demasiado tiempo en casa y no se preocupen de la vida de sus hijos hace que estos puedan gozar de una peligrosa libertad, que les lleve a establecer relaciones de amistad con personas que en absoluto son recomendables.

• De la misma manera, hay que tener en cuenta que muchos papás, al encontrar notables dificultades para dejar a sus hijos con alguien, optan por apuntarlos a un sinfín de actividades extraescolares que lo único que hacen es provocar que los menores estén estresados y agobiados.

• Los niños pueden crear una actitud de ira, de rechazo y de “odio” hacia esos padres que no están a su lado cuando los necesitan, que no se preocupan por saber qué les pasa, que no les dedican tiempo para ni siquiera compartir una cena juntos. El resultado de eso será que la relación entre unos y otros se vuelva cada vez más tensa, más llena de reproches y más falta de cariño, una relación que será muy difícil de recuperar y que puede marcar para siempre la vida de los menores.